Capítulo 3

1 Alguien podrá oponerse a esto, diciendo: "Si ser circuncidado no hace que Dios nos acepte a nosotros los Judíos, no hay ventaja en ser Judío sobre el ser no-Judío. ¡Ser circuncidado no nos beneficia a nosotros los Judíos de ninguna manera!" 2 Yo podría contestar que ser Judíos nos beneficia en diferentes maneras. Primero que todo, nos beneficia porque fue a nuestros ancentros que Dios habló estas palabras, palabras que nos enseña quien es Él. 3 Muchos Judíos no obedecieron a Dios como ellos habían prometido que lo iban a hacer. Así que alguien podrá preguntar: "¿Al ellos no ser fieles significa que Dios no nos va a bendecir a nosotros los Judíos como Él prometió que iba a hacer? 4 Yo podría contestar: "No, ¡ciertamente no significa eso! Dios siempre hace lo que promete, aunque las personas no lo hagan. Todos aquellos que acusan a Dios de no mantener Sus promesas a nosotros los Judíos están bien equivocados. "El rey David escribió sobre esto: " ASÍ QUE TODOS DEBEN COMPRENDER QUE LO QUE USTEDES HAN DICHO DE ELLOS ES CIERTO, Y QUE USTEDES SIEMPRE GANARÁN EL CASO CUANDO ALGUIEN LOS ACUSE DE HACER MAL." 5 Así que si Dios no nos bendijo a nosotros los Judíos porque fuimos malvados, ¿Podemos nosotros decir que Él actuó injustamente?¿Que Él estaba equivocado en castigarnos a cabo del enojo? (Yo no debería de preguntar esto de ninguna manera a Dios, pero estoy hablando como habla un humano ordinario.) 6 Nosotros no deberíamos de concluír que Dios no debería castigarnos, porque si Dios no nos castigara a nosotros los Judíos, ¡no podría ser justo que Él castigue a alguien en el mundo! 7 Pero alguien me puede preguntar: "El hecho de que Dios realmente cumple Sus promesas está muy claro porque yo no hice lo que Dios ordenó. ¡Pero el resultado es que la gente adora a Dios porque Él tiene misericordia! ¡Así que Dios no debería decir que yo debo ser castigado a cuenta de que he pecado, debido a que las personas lo están adorando! 8 Si lo que tú, Pablo, dices es verdad, ¡entonces nosotros podremos hacer cosas malas debido a que cosas buenas como esas van a resultar! Algunas personas hablan mal acerca de mi porque ellos me acusan de hablar así. Dios castigará a las personas quienes dicen cosas así de mí, y ¡ellos se merecerán que Él los castigue! 9 Si alguien pregunta, "¿Podemos nosotros concluir que Dios nos tratará a nosotros los Judíos con más favor y tratará a los no-Judíos con menos favor?" ¡Yo contestaré que nosotros ciertamente no podemos concluir eso! Ya yo les he mostrado a ustedes, que los Judíos y no-Judíos, han pecado y por eso ellos se merecen que Dios los castigue. 10 Las siguientes palabras que están en las escrituras sustentan esto: 11 "NINGUNA PERSONA ES JUSTA. ¡NO HAY NI SIQUIERA UNA PERSONAS JUSTA! NO HAY NADIE QUE ENTIENDA COMO VIVIR APROPIADAMENTE. ¡NO HAY NADIE QUE BUSQUE CONOCER A DIOS! 12 ABSOLUTAMENTE TODOS SE HAN APARTADO DE DIOS. DIOS LOS CONSIDERA DEPRAVADOS. NO HAY NADIE QUIEN ACTÚE JUSTAMENTE; NO, ¡NO HAY NI SIQUIERA UNO! 13 LO QUE LA GENTE DICE ES DESAGRADABLE, COMO EL OLOR QUE VIENE DE UNA TUMBA QUE HA SIDO ABIERTA. POR LO QUE LA GENTE DICE, ELLOS ENGAÑAN A LAS PERSONAS. POR LO QUE ELLOS DICEN ELLOS LASTÍMAN A LAS PERSONAS, COMO EL VENENO DE UNA SERPIENTE LASTÍMA A LAS PERSONAS. 14 ELLOS CONTINÚAN MALDICIENDO A OTROS Y DICIENDO COSAS CRUELES. 15 ELLOS VAN RÁPIDAMENTE A ASESINAR A LAS PERSONAS. 16 A DONDE QUIERA QUE ELLOS VAYAN ARRUINARÁN TODO Y HARÁN MISERABLES A LAS PERSONAS. 17 ELLOS NO SABEN COMO VIVIR PACÍFICAMENTE CON OTRAS PERSONAS. 18 ¡ELLOS SE REHUSAN ABSOLUTAMENTE A HONRAR A DIOS! 19 Además, nosotros conocemos que es para la gente Judía, quienes son requeridos a obedecer las Leyes de Dios, que Moisés escribió aquellas leyes. Nosotros podemos aprender de esto que no hay Judíos o no-Judíos quienes son capaces de decir cualquier cosa cuando Dios diga que Él castigará a ellos por haber pecado. ¡Dios ha declarado que todos en el mundo son culpables! 20 No es porque las personas hayan hecho las cosas que la Ley de Dios requiera que Dios borre el registro de sus pecados, porque no hay nadie que haya hecho esas cosas completamente. De hecho, el resultado de nosotros conocer la Ley de Dios es que nosotros conocemos claramente que hemos pecado. 21 Cuando Dios perdona nuestros pecados, esto no depende que nosotros obedecemos las Leyes que Dios le dio a Moisés. Es ahora que se nos ha revelado que Él perdona nuestros pecados por una manera diferente. Fue escrito a cerca de esto por Moisés en la Ley que Dios le dio, y también fue escrito a cerca de esto por los profetas. 22 Dios borra el record de nuestros pecados porque nosotros confiamos en lo que Jesucristo ha hecho por nosotros. Dios hace esto por todas las personas quienes confían en Cristo, porque Él considera que no hay diferencia entre Judíos y no-Judíos. 23 Todas las personas han hecho mal, y todos han fallado en cumplir la gloriosa meta que Dios les ha puesto a ellos. 24 Nuestro registro de pecados ha sido borrado por su acción bondadosa de perdonar nuestros pecados, sin nosotros hacer nada para ganarlo. Jesucristo cumplió esto al morir por nosotros. 25 Dios mostró que Cristo apartó su enojo al derramar Su sangre cuando murió, y nosotros debemos de creer en lo que Él hizo por nosotros. El sacrificio de Cristo mostró que Dios actuó de una manera justa. De otra manera, uno quizás no debe pensar que Él fuera justo, porque Él había pasado por alto el pecado que las personas habían cometido previamente, porque Él es paciente. 26 Dios fijó a Cristo para que muriera por nosotros. Al hacer esto, Él ahora sabe que Él es justo, y Él muestra que es justamente capaz de borrar el registro de sus pecados para todos quienes confían en Jesús. 27 No es porque nosotros obedecemos las Leyes de Moisés que Dios borra el registro de nuestros pecados. Así que no hay manera que nosotros podamos alardearnos que Dios nos favorece porque nosotros obedecimos aquellas Leyes. En cambio, es porque nosotros creemos en Cristo que Dios borra el registro de nuestros pecados . 28 Así que es claro que Dios hace a alguien justo consigo mismo si esa persona confía en Cristo, no si esa persona obedece la Ley. 29 ¡Ustedes quienes son Judíos ciertamente no deberían pensar que ustedes son los únicos que Dios aceptará! Ustedes ciertamente deben comprender que Él aceptará a no-Judíos, también. Por supuesto, Él aceptará a los no-Judíos, 30 porque como ustedes, creen firmemente, que hay un solo Dios. Es el mismo Dios quien hará a los Judíos, que están circuncidados, justos con Él mismo porque ellos confían en Cristo, y es el mismo Dios quien hará a los no-Judíos, quienes no son circuncidados, justo con Él mismo, porque ellos confían en Cristo. 31 Así que supongan que alguien me preguntó acerca de la Ley que Dios le dio a Moisés: "Si tú dices que Dios nos hace justos con Él mismo porque nosotros confiamos en Cristo, ¿esto significa que la Ley ahora es inútil?" Yo diré: "Ciertamente no. En cambio, esa Ley es verdaderamente válida."