Capítulo 41

1 ¿Puedes tú sacar al Leviatán con un anzuelo? O, ¿amarrar sus quijadas con una cuerda? 2 ¿Puedes poner una soga en su nariz, o perforar su quijada con un anzuelo? 3 ¿Hará él muchos ruegos a ti? ¿Hablará él palabras suaves a ti? 4 ¿Hará él un pacto contigo, para que tú debas tomarlo a él por un sirviente para siempre? 5 ¿Jugarás con él como jugarías con una ave? ¿Lo amarrarás para tus siervas? Los grupos de pescadores, ¿negociarán por él? 6 ¿Lo dividirán para intercambiarlo entre los mercaderes? 7 ¿Puedes tú llenar su piel con arpones o su cabeza con lanzas de pescar? 8 Pon tu mano sobre él solo una vez, y tú recordarás la batalla y no lo harás más. 9 Mira, la esperanza de cualquiera que haga eso es una mentira; ¿no será arrojado al suelo cualquiera con solo verlo? 10 Ninguno es tan feroz que se atreva agitar al Leviatán; ¿quién, entonces, es aquel que pueda pararse frente a Mí? 11 ¿Quién Me ha dado algo a Mí primero de manera que tenga Yo que pagarle? Lo que sea que esté debajo de todo el cielo es Mío. 12 Yo no me mantendré en silencio con relación a las piernas del Leviatán, ni acerca del asunto de su fuerza, ni acerca de su forma elegante. 13 ¿Quién puede desnudarlo de su cubierta exterior? ¿Quién puede penetrar su armadura doble? 14 ¿Quién puede abrir las puertas de su rostro, anillado con sus dientes, los cuáles son un terror? 15 su espalda está hecha de hileras de escudos, apretados juntos como con un sello cerrado. 16 Uno está tan cerca del otro que ningún aire puede venir entre ellos. 17 Ellos están unidos unos a otros; ellos se mantienen juntos, para que así ellos no puedan ser separados. 18 La luz destella de su resoplo; sus ojos son como los párpados del amanecer. 19 Fuera de su boca salen antorchas encendidas, chispas de fuego saltan fuera. 20 De sus fosas nasales sale humo como una olla hirviendo en un fuego que ha sido abanicado para estar muy caliente. 21 Su aliento enciende carbones en llamas; fuegos salen de su boca. 22 En su cuello hay fuerza, y el terror baila frente a él. 23 Los dobleces de su carne están unidos; ellos están firmes sobre él; ellos no pueden ser movidos. 24 Su corazón es tan duro como una piedra, de hecho, tan duro como una piedra de molino inferior. 25 Cuando él se levanta, incluso los dioses se vuelven miedosos; por causa del miedo, se retiran. 26 Si una espada le golpea, no hace nada, ni tampoco lo hace una lanza, una flecha, o cualquier otra arma puntiaguda. 27 Él piensa del hierro como si fuera paja, y del bronce como si fuera madera podrida. 28 Una flecha no puede hacerlo huir; para él las piedras de hondas se vuelven paja. 29 Los mazos son considerados como paja; él se ríe del zumbido del vuelo de una lanza. 30 Sus partes bajas son como pedazos filosos de vasijas rotas; él deja un rastro que separa el lodo como si fuera un trineo de trilla. 31 Él hace la profundidad espumarse como una olla de agua hirviendo; él hace del océano una olla de ungüento. 32 Él hace una brillante estela detrás de él; uno pensaría que la profundidad tenía cabello gris. 33 En la tierra no hay ninguno igual a él, el que ha sido hecho para vivir sin miedo. 34 Él ve todo lo que es orgulloso; él es rey sobre todos los hijos del orgullo."